Se ha comprobado que llevar una vida activa alarga la vida. Si además tenemos en cuenta que aumenta el bienestar, significa que siendo activos podemos disfrutar de una mejora en la esperanza y calidad de vida. Es decir, vivir más y mejor.
Existen estudios científicos que demuestran que la actividad física practicada con regularidad, es decir, todos o casi todos los días de la semana:
Ayuda a mantenerse ágil físicamente: Fortalece los músculos mejorando la capacidad funcional y disminuyendo el riesgo de sufrir caídas. También, previene la pérdida de masa ósea (osteoporosis).
Mejora el bienestar mental, reduce los síntomas de ansiedad y estrés, mejora el sueño y reduce el riesgo de depresión. Además aumenta la percepción de bienestar y satisfacción con el propio cuerpo.
Mejora la función cognitiva.
Mejora el bienestar social. Fomenta la sociabilidad y aumenta la autonomía y la integración social, especialmente en personas con discapacidad.
Ayuda a disfrutar de una buena calidad de vida.
Contribuye a mantener un peso adecuado; la actividad física es un factor determinante en el consumo de energía, por lo que es fundamental para conseguir el equilibrio energético y el control del peso.
Reduce el riego de padecer obesidad.
Reduce el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades como: - Diabetes tipo 2. - Enfermedades cardiovasculares. - Hipertensión arterial. - Cáncer de mama o colon. - Hipercolesterolemia (colesterol elevado), aumentando el colesterol “bueno” (HDL) y disminuyendo el “malo” (LDL).
Mejora la evolución de algunas enfermedades crónicas como diabetes (ayudando a controlar los niveles de azúcar en los que ya son diabéticos), hipertensión, hipercolesterolemia u obesidad, una vez se han desarrollado. También reducir el sedentarismo produce beneficios, la mayoría de ellos compartidos y sinérgicos con el hecho de ser más activos:
Reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Actividad física para la salud y reducción del sedentarismo 15
Parece proteger frente a muchos de los factores de riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión o la obesidad.
Hay estudios que asocian el sedentarismo con mayor riesgo de algunos tipos de cáncer como el de colon, próstata, ovario o útero. Se incluyen también recomendaciones de reducción del tiempo de pantalla porque, al margen de otras consecuencias para la salud, el tiempo que se destina a ellas suele implicar actitudes sedentarias.
Fuente: Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Actividad Física para la salud y reducción del sedentarismo (PDF). 2015